Cada 22 de marzo es el Día Mundial del Agua, un intento por concientizar sobre la urgencia de cuidar este recurso hídrico cada vez más escaso o contaminado.
Se habla mucho sobre los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS), y estamos cada vez más cerca del 2030, que es cuando deberíamos cumplir todas estas metas que se establecieron en 2015 por la Asamblea General de las Naciones Unidas. Hay uno en especial, el ODS-6, que habla de “agua limpia y saneamiento”, donde se impulsa el aseguramiento de agua de calidad para la población mundial y depuración gestionada de forma segura. Sin embargo, estamos aún lejos de cubrir las necesidades relacionadas a este vital recurso.
El problema se resume en dos vertientes, la disponibilidad de agua dulce y la calidad de ésta. Cada vez es más difícil encontrar fuentes de abastecimiento del recurso hídrico sin la presencia de agentes tóxicos, derivado de la mala disposición de residuos de actividades humanas.
El problema de no eliminar estos contaminantes emergentes del agua para uso doméstico genera una situación alarmante de salud pública, desencadenando enfermedades crónicas hasta la muerte. Por ello, es necesario que los contaminantes químicos peligrosos presentes en el agua sean tratados en el momento de su generación, evitando así los efectos a los seres vivos y al entorno natural.
Figura 1. Río Wyre, uno de los cuerpos de agua del Reino Unido donde recientemente se han encontrado los niveles más altos de sustancias perfluoroalquiladas y polifluoroalquiladas (PFAS) en Europa, que son una familia de alrededor de 10, 000 sustancias tóxicas (IWA, 2023).
La Organización Mundial de la Salud ha estimado que en el planeta mueren 2.2 millones de personas cada año por enfermedades diarreicas, lo que representa alrededor del 4% de todas las muertes. Las previsiones para 2050, indican que el número de personas viviendo en ambientes de alto riesgo por contaminación hídrica afectará a una quinta de la población del planeta (Corcoran et al., 2010; WWAP, 2016).
Actualmente, en la zona metropolitana del Valle de México se ha anunciado una sequía prolongada por la falta de agua en las presas que integran el sistema Cutzamala, pues cuentan con prácticamente la mitad del volumen de almacenamiento regular para esta temporada de estiaje. Algunos reportes, incluso, indican que estos embalses que abastecen de agua a una parte del centro del país se encuentran en el peor nivel de su historia.
Los próximos meses serán cada vez más críticos, dado que habrá más altas temperaturas en todo el país y a medida de hace más calor consumimos más agua. Sabiendo de que tres cuartas partes de México tiene un régimen de lluvia de verano pareciera que la situación pudiera revertirse
hasta el mes de junio, si no es que después debido al cada vez más irregular periodo de precipitaciones.
De acuerdo con reportes de la CONAGUA, Jalisco está dentro de la lista de los estados afectados por la sequía, cuya situación se agrava por la presencia de incendios forestales y la escasa precipitación.
Cuidemos el agua
Recordemos que el año pasado la segunda ciudad más poblada de México, Monterrey, sufrió los embates de una sequía extrema, teniéndose que racionar el abastecimiento de agua a toda la zona metropolitana de la Sultana del Norte. Esto trajo, por supuesto, merma en las actividades productivas y gran impacto económico, pues los reportes indicaron que el precio del garrafón de agua se elevó hasta seis veces de su precio normal.
Más de la mitad del territorio de la República Mexicana atraviesa por una sequía, si no limitamos desde ahora y a conciencia el uso del agua las consecuencias serán muy grandes, y nuestro país no está preparado para vivir en la escasez extrema.
En los últimos 10 años el consumo de agua incrementó un 30%, debido al aumento de la población de México, a la diversificación de las actividades humanas, pero también debido a las consecuencias del cambio climático.
Del 22 al 24 de marzo de este año, en Nueva York se llevará a cabo la Conferencia del Agua de la ONU, que será la primera sobre estos temas desde 1977. Este evento servirá como plataforma para hacer una revisión integral de la Agenda de Acción por el Agua del periodo que comprende 2018-2028, y poder encontrar estrategias que den respuesta a la crisis actual de agua y saneamiento que se vive a nivel mundial.
Sobre el autor: El Dr. Carlos Javier Escudero, es Profesor-Investigador del Decanato de Diseño, Ciencia y Tecnología de la Universidad Autónoma de Guadalajara, dirige al grupo de investigación Procesos Químicos Sostenibles y, desde el 2019 es Miembro Directivo del grupo Young Water Professionals Capítulo México, vinculado con la International Water Association.
Figura 2. Área afectada por sequía en México a finales de febrero de 2023 (CONAGUA, 2023).
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