En su trabajo magistral el Dr. Julio Frenk habló sobre la pandemia del Covid-19 y el aprendizaje que ha dejado a la humanidad y sistemas de salud.
“Las enfermedades infecciosas tienen un grueso expediente cosmopolita. Lo que hoy, sin embargo, resulta novedoso es la escala de lo que se ha denominado ‘tráfico microbiano’. El incremento explosivo del comercio y los viajes internacionales producen a diario miles de contactos potencialmente infecciosos, y los aviones jet han transformado los vuelos intercontinentales en eventos más cortos que el periodo de incubación de cualquier enfermedad transmisible”.
Así lo afirmó el Dr. Julio Frenk Mora, Rector de la Universidad de Miami y exsecretario de Salud de México durante la presidencia de Vicente Fox, al recibir el Doctorado Honoris Causa de la Universidad Autónoma de Guadalajara.
Dijo que este tráfico explica que en menos de tres meses el Covid-19 que se reportó en Wuhan, China, en diciembre de 2019 se transmitiera a prácticamente todo el mundo.
Desde los primeros años de este siglo ya las agencias internacionales de salud hablaban del inminente incremento en la frecuencia de las pandemias.
“Lamentablemente fuimos muy pocos los que tomamos con seriedad esa advertencia. En México, durante mi gestión como secretario, diseñamos un Plan Nacional de Preparación y Respuesta ante la Influenza Pandémica que incluía, entre otras cosas, el establecimiento de una reserva estratégica; un plan coordinado de atención médica y respuesta epidemiológica; una estrategia de comunicación, y el fortalecimiento de los lazos de cooperación con los laboratorios y agencias de salud pública de Estados Unidos y Canadá. Este plan, sin embargo, se relegó con el paso de los años”.
Dijo que a quienes trabajan en el campo de la salud global, la pandemia de Covid-19 no los sorprendió. “La pregunta que nos hacíamos no era si iba a surgir una nueva pandemia sino cuándo. Desde hace más de veinte años nos percatamos de que existen las condiciones para un aumento muy importante en la frecuencia con que aparecen nuevos microorganismos y la velocidad con la que se diseminan por el planeta”.
Explicó que los sistemas de alarma globales no funcionaron como debían; “no se atendieron los múltiples llamados de la OMS y otras organizaciones multilaterales, académicas y filantrópicas a fortalecer el sistema de vigilancia, preparación y respuesta ante amenazas globales. Dieron por hecho que la nueva emergencia sería parecida a los brotes de SARS de 2002 y la pandemia de influenza H1N1 de 2009, que pudieron controlarse sin grandes problemas y con pérdidas relativamente menores, tanto de vidas como económicas”.
Aseguró que con una minúscula fracción de las mermas económicas que ha producido la pandemia de Covid-19, se pudo haber financiado un sistema global de alarma y respuesta.
“Esto no puede volver a suceder –expresó--. Es necesario aprovechar la gran atención que está recibiendo la salud pública para introducir no sólo cambios marginales, sino también cambios estructurales en el sistema de salud global que nos protejan a todos en este mundo cada vez más interdependiente. Debemos hacer estos cambios ahora que está aquí la pandemia, no después, para así aprovechar la sensación de urgencia que aún existe”.
Mencionó cinco lecciones que se pueden sacar de esta contingencia.
La primera, que las prácticas no sustentables tienen consecuencias desastrosas. Las pandemias no son eventos “naturales”, son provocados por el hombre como el cambio climático.
La segunda, que es necesario superar el falso dilema entre la salud pública y las metas económicas. Proteger la salud y reactivar la economía son dos objetivos que sólo pueden alcanzarse si se persiguen en forma sinérgica.
La tercera lección tiene que ver con la desigualdad social. En casi todos los países del mundo la pandemia de Covid-19 está afectando de manera desproporcionada a los grupos de menores recursos. Esto se refleja tanto en los niveles de contagio como en las tasas de mortalidad.
La cuarta lección está relacionada con la importancia del liderazgo en la respuesta a una amenaza de salud pública. Aunque la pandemia es claramente un proceso global, la respuesta global requiere de respuestas nacionales. No se trata de dos niveles separados. Necesitamos una respuesta global-local, y el liderazgo nacional es esencial en una emergencia.
La quinta lección se complementa a la anterior. Aunque parece obvio, tenemos que recordarle al mundo que los problemas globales requieren de soluciones globales. Lo peor que podríamos hacer es reaccionar en contra de la globalización. Esto sería contraproducente.
Frenk Mora dijo que un cambio tan profundo requeriría de una nueva Convención Global de Salud, un nuevo contrato social que redefina las reglas y normas para la seguridad en salud.
“La buena noticia es que contamos con la capacidad para aplicar estas lecciones hoy y en el futuro. La pregunta es si los pueblos están dispuestos a demandar la implantación de una agenda de cambio para así construir una mejor normalidad”, afirmó.
Citó las palabras del secretario general de la ONU, Antonio Guterres: “Nadie quiere un gobierno mundial, pero debemos trabajar juntos para mejorar la gobernanza mundial. El multilateralismo no es una opción sino una necesidad en nuestra tarea de reconstruir el mundo para hacerlo más igualitario, más resiliente y más sostenible”.
Finalmente, dijo que “el eje rector de una nueva agenda global debe ser un renovado compromiso con el desarrollo sostenible, que hoy se ha vuelto un imperativo literalmente vital”.
La tesis doctoral del Dr. Frenk Mora, fue contestada por el Vicerrector de Ciencias de la Salud de la UAG, el Dr. Alfonso Petersen Farah. Dijo que la pandemia no sólo ha cambiado radicalmente nuestros estilos de vida, ha tenido un impacto severo en la salud de la población, ha traído dolor, pérdida de empleos, empresas y oportunidades.
“El sector educativo no ha sido la excepción, es imposible, por el momento, medir el impacto que esto tendrá en el desarrollo profesional de nuestros actuales y futuros graduados. La Unicef ha reportado que, en nuestra región, alrededor de 86 millones de estudiantes fueron afectados por el cierre total de las escuelas y proyecta que más de 3.1 millones de ellos podrían no regresar nunca a la escuela”.
Afirmó que la tesis presentada por el Dr. Frenk invita a pensar de manera positiva en las acciones que como humanidad se deben adoptar para corregir el rumbo, “para en lo posible evitar, pero, sobre todo, anticipar estas pandemias que como hemos escuchado, seguirán siendo parte de nuestra condición humana”.
Dijo que “las universidades somos punta de lanza en la búsqueda de nuevas soluciones que nos permitan anticiparnos a futuras pandemias, siendo la investigación, la innovación, el análisis de la big data, así como el entendimiento oportuno de comportamientos humanos y sociales, la fórmula para contener futuras crisis de salud mundiales”.
El acto académico fue presidido por el Rector Antonio Leaño Reyes y tuvo lugar en el auditorio “Dr. Luis Garibay Gutiérrez” de la Universidad Autónoma de Guadalajara, donde asistieron invitados especiales de los sectores público, privado y educativo.
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