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Por un Mundo sustentable

Por: Dr. Mauricio Alcocer Ruthling
10/Sep/2019
UAG
El uso de la palabra “sustentabilidad” para referirnos a cuestiones ecológicas tiene relativamente poco tiempo. De hecho, la Real Academia Española (RAE) aún no incluye el término en su diccionario. Existe la palabra “sustentable”, pero significa que algo puede ser sustentado o defendido, no tiene nada que ver con la ecología. La palabra que sí tiene relación con la ecología ante la RAE es “sostenible”; ésta se refiere a que puede llevarse a cabo alguna actividad sin comprometer la continuidad de los recursos naturales.

A pesar de su ausencia en el diccionario de la RAE, el concepto “sustentabilidad”, utilizado con amplitud de manera oficial y extraoficial en México y en la mayor parte de los países hispanoparlantes, está ligado directamente con temas de ecología, más puntualmente cuando se habla de utilizar los recursos naturales sin comprometer su permanencia en el medio. A partir de esta base se forma el concepto “desarrollo sustentable”. En general se acepta que el desarrollo sustentable es ‘la capacidad de satisfacer las necesidades presentes sin comprometer las necesidades de generaciones futuras’ (United Nations General Assembly. 1987).

Aplicada a una forma de desarrollo humano, la sustentabilidad es mucho más compleja que una simple relación armónica entre la actividad humana y la naturaleza. Debemos incluir temas como la economía, la sociedad, la cultura y hasta la filosofía. Sin embargo, la sustentabilidad tiene necesariamente como meta el bienestar del ser humano; el ser humano debe ser la base del desarrollo sustentable, nunca poniendo a la naturaleza por encima de la persona.

Algunas culturas conciben la sustentabilidad como una forma de vivir, porque además de mantener una relación correcta con la naturaleza, sus acciones toman en cuenta el bienestar del prójimo.

Como ser racional que es, el hombre debe entender a la naturaleza como un bien de extraordinario valor que se nos ha encomendado para su cuidado, y que, si el ambiente está bien, el ser humano también estará bien.

EL MILAGRO DE LA VIDA

Debemos ser conscientes de que el mundo natural provee todo lo que necesitamos para vivir y que además ha permitido a la humanidad alcanzar el grado de avance tecnológico que hoy disfruta. El ajetreo diario puede hacernos perder de vista la extraordinaria riqueza de la vida en nuestro planeta. La vida es posible gracias a la existencia de una veintena de factores que se encuentran en la medida correcta, casi exacta para la vida que conocemos. No basta con tener agua, sino tenerla en el estado correcto, y también está la luz, los gases en la atmósfera y la temperatura adecuada, entre muchos otros factores. Todos los factores de vida, con toda su complejidad, funcionan en conjunto con una exactitud extraordinaria.

El astrónomo Sir Martin Reese ha estudiado los finos ajustes en las leyes de la física que hacen posible la vida y llegó a la siguiente conclusión: “La vida como la conocemos depende de una conjunción improbable y milagrosa de condiciones físicas”.

Algunos han buscado calcular la probabilidad de que estos factores se den en la medida correcta para la complejidad de la vida que tenemos en nuestro planeta, y llegan a la conclusión de que la vida no debería existir: es tan pequeña la probabilidad que la vida parecería imposible.

Estas realidades deben llevarnos a una actitud de respeto y admiración por todo lo creado, incluyendo, por supuesto, al ser humano. Sólo así podemos llegar a una relación adecuada con el mundo natural, llegar a una verdadera sustentabilidad. Como menciona Heinrich Walter, quien dedicó gran parte de su vida al estudio de los grandes ecosistemas del mundo y su relación con el clima, “la biósfera forma el mundo natural en el cual fue puesto el hombre, y el cual, gracias a sus capacidades mentales, puede percibir de una manera objetiva, de tal manera que puede elevarse por encima de él. Por un lado, es hijo de este mundo exterior y aparente, y depende de la naturaleza; pero, por otro lado, a través del mundo interior, tiene acceso a lo divino” (Heinrich Walter, 1979. Vegetation of the Earth and Ecological Systems of the Geo-biosphere. Springer-Verlag. New York).

Algunas culturas conciben la sustentabilidad como una forma de vivir, porque además de mantener una relación correcta con la naturaleza, sus acciones toman en cuenta el bienestar del prójimo. Al utilizar algún bien, procuran dejarlo limpio y funcional para la persona que viene después. La sustentabilidad nunca puede ser parte de una actitud individualista; vivir sustentablemente es vivir siendo consciente del tesoro que tenemos, del impacto que tienen nuestras acciones y de cómo afectan al prójimo.

MÉXICO, RICO EN BIODIVERSIDAD

Como mexicanos, poseemos una gran riqueza natural. México es considerado un país megadiverso, y forma parte del selecto grupo de naciones poseedoras de la mayor cantidad y diversidad de animales y plantas. De acuerdo con la Comisión Nacional para el Conocimiento y uso de la Biodiversidad, estamos en la quinta posición mundial en biodiversidad (Biodiversidad Mexicana. México. Recuperado: junio de 2019).

¿Qué pasa con nuestro país? ¿Por qué no cuidamos la naturaleza como se debe? ¿Por qué están tan contaminados la mayoría de los ríos de nuestro país y tan degradados nuestros ecosistemas? La experiencia nos permite identificar tres factores que obstaculizan una administración adecuada de nuestros recursos naturales: la ignorancia, la pobreza y la corrupción.

Ignorar la complejidad y la belleza que nos rodea es vivir a medias, y para poder apreciar algo, debemos conocerlo. Se tiene poco entendimiento sobre la afinación precisa que muestra la naturaleza y de lo especial que es; la tratamos como si fuera un bien de poco valor, no consideramos todos los elementos que deben alinearse para que la vida pueda exhibir complejidad que tiene en nuestro planeta. La ignorancia sobre el delicado balance que existe entre todos los elementos de un ecosistema hace fácil su sobreexplotación. Esto ha llevado a la desaparición de muchas especies y hasta de ecosistemas enteros, y damos poca importancia a esta pérdida por el poco entendimiento que tenemos sobre el lugar de las especies en el tejido de la vida.

Por otro lado, la pobreza influye negativamente en nuestra relación con la naturaleza, porque para el ser humano está primero cubrir necesidades básicas como comida, casa y vestido. Ante la falta de lo más básico para la vida, la naturaleza suele ocupar el último lugar en la lista de prioridades, y se vuelve fácil su mal uso.

El más vergonzoso de los tres factores contrarios a la sustentabilidad es la corrupción, y envuelta en la corrupción está la avaricia. No existen límites al perjuicio que la corrupción y la avaricia pueden causar a la Creación. Estos factores vienen a ocupar el lugar más oscuro entre los motivadores de la acción humana, sobre todo porque el corrupto y el avaro actúan sabiendo que lo que hacen está mal. Como parte del abuso de nuestro entorno natural se construyen asentamientos en sitios inadecuados, sin los espacios necesarios para que el ser humano pueda vivir y convivir. Hoy más que nunca son necesarios los espacios verdes para hacer frente al cambio climático.

A final de cuentas, la sustentabilidad no puede limitarse al cuidado de la naturaleza. Como mencionamos antes, la sustentabilidad debe tener como objetivo central el bienestar del ser humano, sobre todo si hablamos de un desarrollo sustentable. Por ejemplo, un transporte sustentable, además de no contaminar, debe ser eficiente, seguro y confiable. Si representa un peligro para las personas, en cualquier sentido, no puede considerarse sustentable.

LOS PEQUEÑOS DETALLES

Para terminar, diría que vivir sustentablemente necesariamente nos hace vivir conscientes del mundo que nos rodea, del milagro de la vida en nuestro planeta, de nuestra propia vida y la de los demás. De manera muy puntual debemos ser conscientes del impacto que tienen nuestras acciones en este maravilloso mundo y en las personas con quienes compartimos esta casa.

Finalmente, comparto un pensamiento del Patriarca Bartolomé que resalta el sentido trascendente de la naturaleza: “Es nuestra humilde convicción que lo divino y lo humano se encuentran en el más pequeño detalle contenido en los vestidos sin costuras de la creación de Dios, hasta en el último grano de polvo de nuestro planeta” (discurso Global Responsibility and Ecological Sustainability: Closing Remarks. Estambul. 20 de junio de 2012).

“Dentro de algunas décadas, la relación entre el ambiente, los recursos y los conflictos será tan obvia como la conexión que vemos ahora entre derechos humanos, democracia y paz” Wangari Maathai

CENTRO DE SUSTENTABILIDAD

  • El Centro de Sustentabilidad y Energía Renovable de la Universidad Autónoma de Guadalajara nació en agosto de 2007 con el nombre de Centro de Energía Renovable, impulsado por el Dr. Mauricio Alcocer, para avanzar en el desarrollo de conocimientos en áreas relacionadas con el cambio climático y las energías renovables, y transitar hacia una economía baja en carbono y ayudar a minimizar los impactos negativos del cambio climático.
  • Una de las primeras actividades del CSER fue la creación, en enero de 2008, de la Maestría en Energía Renovable, primera en su tipo en el país y cuyo objetivo es formar talentos para participar en el cambio de paradigma relacionado con la generación de energía, un paso importante como respuesta al cambio climático. En 2012 se abrió la Maestría en Administración de la Eficiencia Energética. Se diseñó y construyó una planta de biodiesel y se desarrollan líneas de investigación incorporadas a proyectos para la elaboración de políticas públicas estatales en esta materia.
  • El Centro de Energía Renovable cambió su nombre por el de Centro de Sustentabilidad y Energía Renovable por la ampliación en sus actividades, que incluyen trabajos sobre el cambio climático. Con estos logros, el centro se ha consolidado y ha empezado a crecer en nuevas áreas de conocimiento, que incluyen el uso de hidrógeno como fuente alterna de energía.
SOBRE EL AUTOR

  • El Dr. Mauricio Alcocer Ruthling es director del Centro de Sustentabilidad y Energía Renovable de la Universidad Autónoma de Guadalajara. Es biólogo y tiene maestría y doctorado en Ciencias.
  • Sus aportaciones y líneas de investigación sobre energía renovable y cambio climático son muy conocidas en México y en el extranjero. Con frecuencia es invitado a dar conferencias e impartir cursos en universidades y centros de investigación dentro y fuera del país. Recientemente dirigió un curso sobre cambio climático en la Universidad de Ciencias Aplicadas en Ulm, Alemania.
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