Cuenta con numerosos objetos e información sobre la pasión de Jesús. La exposición de la reliquia estuvo en la UAG y fue visitada por 30 mil personas.
La UAG fue sede de la exposición sobre "La Sábana Santa".
El Evangelio de San Juan narra que “Pedro y el otro discípulo salieron para el sepulcro. Corrían los dos juntos, pero el otro discípulo corrió más que Pedro y llegó primero al sepulcro. Como se inclinara, vio los lienzos tumbados, pero no entró. Pedro llegó detrás, entró en el sepulcro y vio también los lienzos tumbados. El sudario con que le habían cubierto la cabeza no se había caído como los lienzos, sino que se mantenía enrollado en su lugar”.
Es curioso que, percatándose los dos apóstoles de la portentosa resurrección de Jesucristo, también hayan fijado su atención en un detalle menor como lo fue la disposición de las telas con las que cubrieron el cuerpo del Señor en el sepulcro. Sin embargo, al paso del tiempo estas piezas han llegado a ser objetos de enorme interés para los cristianos y para la comunidad científica mundial; se trata del Santo Sudario de Oviedo y la Sábana Santa de Turín. Ambas telas están fuertemente resguardadas y sólo en determinadas ocasiones se exhiben al público.
Representación de la tumba de Jesús.
La Sábana Santa es una tela de lino de 4.30 por 1.10 metros, manchada de sangre, con la imagen de un hombre con visibles signos de tortura. La cristiandad la atribuye la tela con la que cubrieron el cuerpo de Jesucristo cuando fue puesto en el sepulcro después de la crucifixión.
Una extraordinaria exposición de la Sábana Santa se presentó en la Universidad Autónoma de Guadalajara (UAG) durante todo el mes de febrero y debido al gran interés que despertó se logró tenerla tres semanas más. La exposición cuenta con una de las pocas réplicas de la reliquia autorizadas por la Santa Sede y muestra decenas de objetos relacionados con la Pasión de Jesucristo.
Dispuestos en doce salas estos objetos, hacen recorrer al visitante a través de los momentos culminantes de la vida terrena del Señor, así como de una vasta explicación del camino que ha recorrido la Sábana Santa desde su misteriosa aparición en 1353 en un pueblo de Francia hasta nuestros días; las pruebas científicas que se le han practicado; las sorprendentes conclusiones a que han llegado los científicos, entre ellas, que las manchas son de verdadera sangre sin mezcla de cualquier otra sustancia química; las numerosas “coincidencias” anatómicas, forenses e históricas y su concomitancia con los Evangelios.
Las más modernas técnicas de museografía, como esculturas, videos, audio guías, fotografías, pinturas, documentos, libros, ampliaciones e iluminación, son utilizadas para hacer de la visita a la exposición una experiencia inolvidable. La explicación que se ofrece a los visitantes trata de ser objetiva ya se exponen los argumentos que a lo largo de los años se han formulado en contra de la Sábana Santa, pero al final es tanta la argumentación a su favor que el visitante queda convencido de que se trata de la imagen de un hombre y que el hombre de la sábana era Jesucristo.
Cada una de las doce salas de la exposición aborda un tema concreto; estos son: 1) El hallazgo, 2) El negativo oculto, 3) Primeros estudios forenses, 4) El STURP, 5) El carbono 14, 6) El Mandylion, 7) Los templarios, 8) Pólenes, 9) La condena, 10) Sala forense, 11) Sala científica y 12) El hombre de la Sábana Santa.
La primera noticia que se tiene de la Sábana Santa es de 1350, en Lirey, Francia: un caballero llamado Geoffroy de Charny dice tener la preciada reliquia y antes de morir la entrega a monjes de su pueblo. Al paso del tiempo llega a la Casa de Saboya que reinaba en un vasto territorio que incluía a Italia. Luego sobrevivió a un incendio y finalmente, en 1578, llegó a la Catedral de Turín que es donde se guarda y venera actualmente.
En 1898 se le tomó primera vez una foto (daguerrotipo), descubriéndose que la Sábana era como un negativo, lo cual aumentó la curiosidad científica. En los años treinta del siglo pasado se realizaron los primeros estudios forenses; se encontró que las heridas de la crucifixión no estaban en las manos sino en las muñecas, un hecho hasta entonces desconocido por médicos y artistas ya que todas las pinturas, excepto las de Rubens y Van Dyck, mostraban los clavos en las manos; esto no sería médicamente posible porque el peso del cuerpo provocaría que se desgarraran.
Otro descubrimiento fue realizado en 1978 por un equipo de 33 científicos de varias especialidades. Después de realizar cientos de pruebas, determinaron que las manchas eran de sangre humana tipo AB. No se encontró ningún rastro de pintura o de otras sustancias químicas.
En la exhibición se mostraron más de 200 objetos relacionados con la Sábana Santa.
Las pruebas con Carbono 14 hechas por tres laboratorios en 1988 generaron una fuerte polémica, ya que la datación obtenida era de sólo mil años. Sin embargo, posteriormente se difundió que las muestras tomadas eran inestables, es decir, que estaban contaminadas por bacterias.
En la sala seis se explica el caso del Mandylion, un ícono bizantino consistente en un trozo de tela más pequeño, que a partir del año 525 proporcionó por primera vez datos sobre el rostro de Jesús y cuya imagen fue ampliamente utilizada posteriormente. Los rasgos anatómicos del Mandylion y los que aparecen en la Sábana Santa son equivalentes.
También se muestra en la sala siete la posible relación de la Sábana Santa con los Templarios, lo cual implicaría el tránsito de la reliquia desde Jerusalén a Edesa, a Constantinopla, a Francia y a Italia, un recorrido posible porque se encontró que en la tela había pólen originario de Jerusalén.
En la sala denominada “La condena” se muestran objetos que se utilizaban en época de la crucifixión, encontrando que los Evangelios coinciden con las características de dichos objetos, como la corona de espinas, los instrumentos para flagelar, la lanza con la que Jesús fue traspasado y el sepulcro. Los Evangelios coinciden con la arqueología. Lo mismo sucede con la sala forense, en la que se explica con maniquís y videos la correspondencia que existe entre las heridas que aparecen en el hombre de la Sábana con los traumatismos que Cristo sufrió en la Pasión.
Antes de terminar el recorrido de la exposición, hay una sala en la que se explican detalladamente las consideraciones científicas que han sido tomadas en cuenta para esta presentación.
Finalmente, en la parte final del recorrido se muestra el facsímil de la Sábana Santa y un maniquí en tamaño natural del cuerpo de Cristo, con todas sus características, en la posición que habría tenido al ser llevado al sepulcro.
Investigadores afirman que no se trata de una obra artística. No existe en la historia del arte ninguna imagen con sus características, no es una pintura. No se han encontrado en las fibras ni pigmentos, ni pinturas, tintes o manchas. Amplificaciones hechas por computadora demuestran que la imagen es única y tridimensional.
En la exposición se mostraron más de 200 objetos relacionados con la Sábana Santa.
La exposición pertenece al maestro español Álvaro Blanco, quien pasó varios años recopilando material sobre la Sábana Santa y objetos relacionados. Ha sido presentada en varias ciudades de América y Europa.
El Arzobispo de Guadalajara, cardenal José Francisco Robles Ortega, quien inauguró la exposición, dijo que este evento ayuda a entender dos realidades que el hombre actual, sobre todo los jóvenes, llevan dentro: “La preocupación de comprobar con la razón y la ciencia todo lo que se propone, pero también la apertura a que más allá de la ciencia está la trascendencia, la visión especial de la fe”.
La exposición de la Sábana Santa, que fue visitada por unas 30 mil personas durante las 7 semanas de exhibición en la UAG, ha sido un verdadero regalo para los católicos y para la comunidad en general que tuvo oportunidad de admirarla. Un regalo, sobre todo es época de cuaresma y previa a la Semana Santa.
Este precioso hallazgo que no pasó inadvertido para los apóstoles Pedro y Juan cuando acudieron al sepulcro donde habían dejado el cuerpo del Señor, el día de la Resurrección, probablemente seguirá dando información científica para el fortalecimiento de la fe en los años venideros.
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