La cultura es un elemento clave y de gran importancia en el proceso de enseñanza-prendizaje, porque es su nivel cultural lo que permitirá al estudiante discernir sobre aquello que se le proporciona como materia de estudio y sobre muchas otras cosas en la vida, afirma el doctor Ismael Zamora Tovar, decano de Ciencias Sociales, Económico y Administrativas de la Universidad Autónoma de Guadalajara.
“En alguna medida el profesional se concentra en su profesión, y a veces, si quiere ser exitoso en una subespecialidad, su focalización será exclusivamente de orden técnico, orientado a la eficacia, eficiencia y hacer, y pierde de vista lo propio para cultivar la mente y su humanidad, su racionalidad, su libre albedrio. Hay que especializarnos, pero no perder de vista la cultura general”.
Por lo tanto, añade el directivo, “las universidades tenemos el reto de encontrar un equilibrio entre las materias propias de cada profesión con un conjunto de cosas necesarias para la vida, que no necesariamente lo son para la profesión. El reto es encontrar ese punto de equilibrio, y además ofrecer alternativas culturales, científicas y artísticas. Actividades como la pintura y la escultura fortalecen la sensibilidad en las personas. El arte está asociado con la belleza y nos ayuda a contemplar, apreciar y amar las cosas, nos da una visión más completa del mundo”.
Ser culto no es precisamente ser enciclopédico, no se trata de saber un número formidable de datos, sino de apreciar las cosas buenas y bellas del mundo, como por ejemplo, reconocer un buen café, conversar sobre cuestiones históricas o disfrutar las artesanías, las costumbres y las tradiciones.
Lamentablemente, nos distanciamos cada vez más del mundo natural y nos vamos perdiendo de las experiencias de la realidad. Hay quienes ni siquiera tienen una experiencia del clima, porque si hace frío prenden el calefactor, y si hace calor, encienden el aire acondicionado. En cambio, “la apreciación de la cultura nos conecta con el mundo real, con experiencias verdaderas”, sostiene el doctor Zamora Tovar.
A veces se da por hecho que el estudiante llega a la universidad con un bagaje importante de cultura general que recibió durante sus anteriores años escolares, pero no necesariamente ocurre así, y por esta razón las instituciones de educación superior deben intervenir para que el joven, una vez que termine sus estudios, no salga cargado únicamente de conocimientos técnicos propios de su carrera, sino además de una cultura suficiente.
Cada vez resulta más evidente que el mundo vive avances científicos y tecnológicos mientras padece una pérdida de la cultura, y aún peor, enfrenta condiciones de anticultura que van contra la naturaleza humana y afectan el desarrollo del individuo. “Algunos avances tecnológicos evitan que la persona piense, que interprete, quitan a la persona la capacidad y oportunidad de cultivarse. La ciencia necesita cultivarse para entender el mundo físico, químico y biológico. Lo mismo sucede en el mundo social”.
En la práctica universitaria, explica el decano, en el programa formal de cualquier carrera se asignan créditos académicos que el estudiante obtiene asistiendo a disciplinas artísticas internas o externas. O también pueden programarse visitas y prácticas extracurriculares en el ámbito cultural y artístico.
El estudiante, por su parte, debe sentirse comprometido a definir un proyecto de vida profesional que se traduzca en acciones diarias que le ayuden a formarse buenos hábitos para el estudio, el deporte, la salud corporal y para su crecimiento social y cultural.
Hace algunas décadas, el entonces rector de la UAG, Dr. Luis Garibay Gutiérrez, quien ya advertía una tendencia decreciente en el desarrollo cultural de la juventud a escala mundial, afirmó con absoluta claridad: “El reto: volver a pensar”. Hoy en día, su afirmación sigue vigente.
LAS BELLAS ARTES
Si bien las actividades artísticas pueden ser complementarias, también existen programas curriculares específicos en el campo de las bellas artes, como las licenciaturas de artes plásticas, cine, música o instrumentista.
Un estudio de Universia señala que “la carrera de Bellas Artes está íntimamente ligada al campo de la creatividad, pues abarca aspectos referentes al patrimonio artístico y cultural de las sociedades” y la recomienda a “mentes creativas que desean dedicarse al mundo del diseño y la producción de bienes artísticos”, añadiendo que abarca un amplio campo laboral.
Las tareas de consultoría y asesoría en museos, galerías o centros de arte son frecuentes, y estos profesionistas también pueden desempeñarse en los medios de comunicación ofreciendo críticas y análisis de obras artísticas. La publicación de textos, libros e investigaciones es recurrente en este campo, así como el trabajo de manera independiente produciendo piezas artísticas de pintura o escultura, y producciones artísticas de teatro y cinematografía.
Señala el estudio que las nuevas tecnologías han ampliado las posibilidades de ejercicio profesional para los egresados de bellas artes, acercándolos al campo de las técnicas digitales como la creación de videojuegos o producciones audiovisuales. La ilustración, el dibujo técnico, diseño gráfico o web, la animación, la crítica de arte, la serigrafía y técnicas de grabado, e incluso la fotografía se presentan como nuevas opciones para estos profesionales. El trabajo en agencias de marketing y publicidad como encargados de creatividad o directores de arte es quizá una de las opciones más innovadoras en la actualidad para los profesionales de las bellas artes.
ARTE Y CULTURA EN LA UAG
Desde su fundación, la Universidad Autónoma de Guadalajara ha impulsado las actividades artísticas entre sus estudiantes. Había concursos de oratoria y de canto, reuniones literarias, coro, grupos musicales y conferencias. En los años sesenta y setenta hubo una estudiantina, que era muy escuchada en la radio e incluso grabó discos. Más tarde se incorporó a la UAG la Orquesta Sinfónica del Noroeste, de nivel cien por ciento profesional, la cual dio conciertos en algunos de los escenarios más importantes del país.
La presencia del maestro Pedro Bocotán dio un impulso formidable a la enseñanza del solfeo y la ejecución de instrumentos; se formaron coros y se sentaron las bases para la creación de las primeras orquestas de cámara.
Actualmente, todas las actividades de este ramo se concentran en el Departamento de Arte y Cultura, que cuenta con una gran Orquesta de Cámara titular y dos orquestas para principiantes e intermedios; también hay grupo versátil, mariachi, coro, teatro, grupos de baile folclórico, ballet, jazz, etcétera. El Grupo de Animación ha obtenido varios campeonatos nacionales e internacionales. Se imparten clases de diversas disciplinas, y entre los alumnos hay desde niños y niñas de 4 años hasta egresados que siguen perteneciendo a alguno de estos grupos artísticos.
A lo largo del año, el Departamento de Arte y Cultura, a cargo de la licenciada Lydiana Lluberas de Jiménez, ofrece a la comunidad universitaria y al público en general conciertos, obras de teatro y musicales, promueve el Concurso de la Canción Universitaria y organiza presentaciones externas.
“Uno sabe que de todos los niños y jóvenes que atendemos algunos sí se dedicarán a la música, y otros tal vez la practicarán como parte de su formación integral. De una u otra forma, la formación artística es positiva, porque siempre les dejará frutos”, comenta el maestro Gamaliel Cano, director de la Orquesta de Cámara.
ELEVA EL ESPÍRITU
El contador público José Rodrigo Cedeño Córdova, egresado de la UAG, comenta que cualquier forma de arte, pintura, música, canto, jardinería o escultura, por ejemplo, “es algo esencial que nos distingue de los animales, hace que el espíritu se eleve más”.
Él toca el piano y asegura que esto le ayudó a coordinar las dos manos, a combinar mentalmente el ritmo y la melodía, a desarrollar el oído y su capacidad para reaccionar. “La danza afina la precisión de nuestros movimientos; la pintura da precisión a las manos, y el color genera y estimula nuestra creatividad”.
Sin lugar a duda, considera el contador Cedeño, el arte es muy importante en el proceso educativo y ayuda al desarrollo personal.
CLASIFICACIÓN DE LAS ARTES
Se han difundido diferentes criterios para definir el arte o las bellas artes, y diversos autores han intentado hacer una clasificación. Una de las más aceptadas actualmente es la lista de diez disciplinas que reconoce el Ministerio de Cultura francés:
- La arquitectura.
- La escultura.
- La pintura.
- La música.
- La literatura (incluye poesía y prosa).
- Artes escénicas (incluye danza y teatro).
- El cine.
- Artes mediáticas (incluye radio, televisión y fotografía).
- Los cómics.
- Juegos de video y arte digital en general.
Actualmente también se habla de artes olfativas (perfumes y aromas) y artes gastronómicas (alimentos y bebidas).
También se ha popularizado el término “artes menores”, como la artesanía, las herramientas, la pintura decorativa, el dibujo, la ilustración, el repujado, la cerámica, la peletería, la cestería, la marroquinería, la ebanistería, la juguetería, la joyería y la vidriería. Hay que decir que muchos artistas de estas disciplinas no están de acuerdo con el calificativo de “menores”.
