El desempleo y resquebrajamiento del tejido social por la pandemia del COVID-19 han agravado el uso de sustancias en jóvenes. Reflexionemos al respecto.
El Día Internacional de Conciencia acerca de la Sobredosis fue creado en 2001 en Australia por Sally J.Finn y Peter Streker para conmemorar a las personas que perdieron la vida por una sobredosis y a propósito de este día pongo a su consideración algunas reflexiones.
De acuerdo con el Informe de Situación de la Salud Mental y el consumo de sustancias psicoactivas en México (2021):
1. En México el inicio en el consumo de drogas y alcohol se observa en adolescentes a partir de los 12 años. Se registran pocos nuevos casos de consumo de drogas en población mayor a 35 años. Esto incrementa significativamente deserciones escolares, incapacidades laborales, accidentes y disminuye significativamente la posibilidad de tener y mantener una familia estable.
2. Jalisco ocupa el nada honroso primer lugar a nivel Nacional en el consumo de drogas y el segundo lugar (después de Nuevo León) en el consumo de alcohol de forma excesiva y consuetudinaria en población de 12 a 65 años.
3. La droga más consumida es la marihuana, ya que es percibida por los jóvenes como la droga de menos riesgo por ser “natural”.
4. Las mujeres han incrementado de forma importante el consumo de drogas y alcohol. Sin embargo, por estigma social, son quienes menos acuden a solicitar apoyo para disminuir su consumo.
5. De acuerdo con un informe de la ONU, en México el 40% de los consumidores de drogas incrementaron su consumo por la ansiedad, estrés y aislamiento generado por la pandemia de COVID-19.
6. La ONU informó que en Estados Unidos fallecieron más de 100 mil personas por sobredosis entre marzo 2020 y marzo 2021.
Por supuesto que estos datos impresionan. Pero lo más impresionante es ¿qué estamos dejando de hacer con nuestros adolescentes y adultos jóvenes? o ¿por qué permitimos que entren al oscuro mundo de las drogas y el alcohol? ¿Todo es culpa del gobierno que no detiene la disponibilidad de drogas y no establece sitios de recreación seguros para niños y jóvenes?
Tanto más tempranamente incursione una persona en el consumo de este tipo de sustancias, más fácilmente continuará en él y, por lo tanto, más susceptible a presentar sobredosis o muerte por sobredosis. Nos preocupan las muertes por sobredosis, pero si consideramos este panorama social, nos deberíamos preocupar más por evitar a toda costa el consumo de sustancias socialmente permitidas como el alcohol y luchar por la permisividad social que se vive actualmente para el consumo de sustancias hasta hoy ilegales en nuestro país.
¿Por qué los jóvenes se “refugian” en el alcohol y las drogas? ¿por desatención de los adultos? ¿por sentirse parte de un círculo social de amigos consumidores? ¿por aislamiento? ¿por experimentar nuevas sensaciones? ¿por simple diversión?
Hagamos consciencia, no permitamos que esta dramática situación nos rebase. Hoy es el momento de actuar. Como persona antes que, como médico, no puedo permitir que un ser humano se pierda por sobredosis; debemos actuar mucho antes que eso. Aunque pareciera incontrolable, se tienen cuatro acciones básicas que seguramente harán el cambio: amor, respeto, acompañamiento y orientación a nuestros niños y jóvenes.
Esos son los principales ingredientes para formar adultos con un carácter lo suficientemente fuerte como para que no sucumban a la tentación del consumo de sustancias que lejos de engrandecer, empobrecen al ser humano. Promovamos la unión familiar y el apego de nuestros niños y jóvenes a la familia.
Por último, tres mensajes que quisiera compartir:
La autora es Médico dedicada a la Gineco Obstetricia y profesor de la Facultad de Medicina de la UAG.
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