La UAG Alumni estudió la carrera de Relaciones Internacionales y ha dedicado gran parte de su vida al deporte.
Honor, responsabilidad, coraje y deporte son las palabras con las que se identifica y define como persona la Internacionalista y atleta paralímpica mexicana María Guadalupe Hernández Medrano, quien nació en la Ciudad de México el 12 de diciembre de 1983.
Ella es Licenciada en Relaciones Internacionales por la Universidad Autónoma de Guadalajara (UAG) y pertenece a la generación 2002-2006. A pesar de que la decisión de su carrera fue un “volado”, ha sido algo fascinante porque simplemente se enamoró de su carrera y la ejerce con gusto.
Actualmente es auditor de normas internacionales de calidad y a la par se desempeña como atleta paralímpica dentro de la Selección Nacional de Baloncesto Sobre Silla de Ruedas, lo que ha hecho desde hace 10 años y que le ha permitido viajar a lugares como Inglaterra, Países Bajos, Guatemala, Canadá, Perú y Brasil, entre otras naciones en las que representó a México.
¿Cómo ha sido tu desempeño como deportista?
“Toda mi vida he sido atleta, de hecho, aquí en la Universidad estuve en tres selecciones universitarias: en halterofilia, basquetbol y en atletismo”.
Asimismo, señala que ha logrado resultados importantes, a nivel universitario, estatal, nacional y en 2 ocasiones logró calificar a un mundial.
Sin embargo, no estuvo exenta a lesiones o accidentes, y en el año 2006 terminó sus compromisos deportivos como atleta convencional.
Pero nunca dejó de lado el entrenamiento, la disciplina y la entrega, que le dieron una segunda oportunidad; en esta ocasión, en el deporte adaptado, donde ha obtenido mayores logros, aunado a un nuevo estilo de vida y una perspectiva diferente.
¿Cómo te enteraste de que dejarías de caminar y pronto usarías la silla de ruedas?
“Me detectaron atrofia muscular severa y muchos problemas en las piernas y me enteré porque para competir en los juegos paralímpicos de Londres con la silla de ruedas debía tener una certificación de que en algún momento iba a ser completamente discapacidad para mí”.
“Yo no lo sabía cuándo me dicen esa parte, pues si me impacta porque yo digo ‘oye en qué momento voy a dejar caminar si toda mi vida he hecho deporte’”.
¿Cómo fue tu preparación para los Juegos Paralímpicos de Londres 2012?
“Fue difícil, si bien tenía toda la formación deportista, nunca había usado una silla de ruedas. Es bien difícil clasificar a unos juegos, cabe mencionar que tarde más de 20 años intentándolo y cuando lo logre fue que tuve el accidente”.
Cabe destacar que toda su carrera como atleta convencional fue gracias a los entrenadores que tuvo, curiosamente muchos de ellos fueron de la Autónoma, quienes la apoyaron y sostuvieron para no rendirse.
¿Cuántas medallas has logrado?
“Medallas ¡uff!, si hablamos en general centroamericanas, campeonatos centroamericanos, latinoamericanos y demás, cuando nosotros competimos es por pases, entonces en algunas ocasiones si nos dan medallas y en otras no, pero muchísimas”.
¿Qué es lo mejor que te ha pasado en ese sentido?
“Fue la Universidad, yo te puedo decir que de aquí en la Autónoma fueron prácticamente 57 oros, 2 platas y un bronce. Las medallas más significativas han sido las de aquí, porque fui yo sola contra todo el mundo”.
Por otra parte, comentó que su primer gran experiencia fue durante la bienvenida que la Autónoma organizó para sus estudiantes, ya que cuando llegó se enamoró totalmente de la escuela. Además, otra razón para estar agradecida y enamorada de esta institución fue que siempre la apoyó en su carrera deportiva, incluso con una beca.
“Realmente el apoyo que yo tuve durante mi carrera de levantamiento de pesas fue totalmente UAG, ellos se encargaron completamente de mí, entonces la verdad fue una cosa maravillosa”, agregó la UAG Alumni.
¿Qué es lo que más recuerda de la UAG?
“Hay como mil historias, pero una muy curiosa es que me tocó estar en la misma generación que la última trabajadora social y la última arqueóloga. Entonces curiosamente con la trabajadora social y con la arqueóloga me fui de intercambio, y todo el tiempo estábamos unidas, tanto que todo el mundo decía ‘ah mira, allá va la arqueóloga y la niña de pesas’”.
La deportista recomienda a los estudiantes a que crean en ellos y a no perder de vista sus sueños, porque eso es fundamental, asimismo tomar de las caídas impulso para descubrir hasta donde quieren llegar.
Para finalizar es importante reconocer que también detrás de esa gran deportista y profesional, hay un corazón bondadoso y colaborador, pues desde hace 27 años María Guadalupe Hernández Medrano ha sido voluntaria en el Albergue Pilac de niños con Leucemia; además, colabora en las selecciones infantil, juvenil femenil y juvenil varonil del Estado de Jalisco y en el Centro Mi Gran Esperanza.
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