A diferencia de lo que se cree, los alimentos saludables no necesariamente tienen altos costos. Aquí te compartimos algunas estrategias.
En los últimos años, comer saludable ha sido una preocupación creciente en la sociedad moderna. Con frecuencia, se relaciona la alimentación saludable con altos costos, lo que lleva a muchos a pensar que llevar un estilo de vida saludable es inaccesible para la mayoría de la población; sin embargo, esta percepción no siempre es correcta.
Existen estrategias que pueden ayudar, por ejemplo, hacer una planificación adecuada y decisiones inteligentes, harán posible llevar una dieta nutritiva sin gastar una fortuna.
Aquí te compartimos algunas estrategias que te ayudarán a alimentarte sanamente, sin que esto represente un gasto mayor:
Comer saludable no debe implicar mucho sacrificio para el bolsillo.
1.- Planifica tus comidas. Uno de los pilares para mantener una alimentación saludable y económica es la planificación. Elaborar un menú semanal adecuado y estructurado evita hacer compras impulsivas y tener un desperdicio de alimentos.
Hacer una lista de compra basada en este menú asegura que solo se adquieran los productos necesarios y en las cantidades adecuadas.
2.- Prefiere mercados y tiendas locales. Comprar en mercados locales o en tiendas de abarrotes puede resultar más económico que comprar en grandes supermercados, ya que además de apoyar el comercio local, los precios suelen ser más competitivos y los productos más frescos.
3.- Opta por productos de temporada. Frutas y verduras de temporada no solo son más baratas, sino que también tienen mejor sabor y mayor valor nutricional. Las leguminosas y los cereales son alimentos básicos que ofrecen excelente relación calidad-precio. Productos como las lentejas, garbanzos, frijoles, arroz integral son ricos en nutrientes, a menudo suelen ser muy económicos.
Los productos de temporada son una buena opción
Estos alimentos no solo proporcionan proteínas y fibra, sino que también son versátiles y se pueden usarse en una variedad de platillos, desde sopas hasta ensaladas y guisos.
4.- Evita los alimentos procesados. En cambio, los alimentos procesados y precocinados tienden a ser más caros y menos saludables debido a su alto contenido de grasas, azúcares refinados y sodio.
Aunque puedan parecer convenientes, consumirlos habitualmente puede incrementar significativamente el presupuesto destinado a la alimentación. Cocinar en casa con ingredientes frescos es una opción mucho más económica y saludable.
Y lo más importante, no olvides que invertir en una alimentación saludable puede generar ahorros a largo plazo en términos de salud.
Una dieta equilibrada puede ayudar a prevenir enfermedades crónicas como la diabetes, hipertensión y las enfermedades cardiacas, reduciendo así los gastos médicos y mejorando la calidad de vida.
La clave está en ser consciente de las elecciones alimentarias y priorizar la salud a largo plazo. Al final del día, una buena alimentación es una inversión en nuestro bienestar y futuro.
Sobre las autoras
La LN Sofía Varela Quiroz y la PLN Estrella Martínez Alvarado son Especialistas de Nutrición de la Universidad Autónoma de Guadalajara (UAG).
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