La velocidad con la que avanzan la ciencia y la tecnología ha dado origen a un gran número de nuevas palabras, términos y clasificaciones cuya finalidad práctica es transmitir a los públicos globales, de manera precisa e inequívoca, el nombre de las ideas y productos que van surgiendo de la innovación y el cambio. Los jóvenes son quienes más rápidamente asimilan y utilizan estas aportaciones idiomáticas que enriquecen tanto al conocimiento como al diccionario.
El término “Sociedad 5.0” es un nuevo concepto japonés que, dicho a grandes rasgos, busca dirigir los avances tecnológicos y la inteligencia artificial hacia el bienestar general, poniendo a la persona en el centro de las transformaciones y garantizando que nadie quede atrás.
Mencionamos lo anterior porque el rol que desempeñan las universidades en la Sociedad 5.0 fue el eje de la Cumbre de Rectores México-Japón que se celebró recientemente en nuestro país, donde estuvieron representadas 38 instituciones mexicanas y 23 japonesas. La UAG, por supuesto, estuvo presente. Ésta fue la cuarta reunión de su tipo; la primera tuvo lugar en Tokio (2011), luego en Guanajuato y Aguascalientes (2014), en Hiroshima (2017) y ahora en las instalaciones de la UNAM.
Se trata de reuniones muy provechosas, porque permiten reafirmar las relaciones entre universidades, establecer alianzas académicas, incrementar la movilidad de estudiantes y profesores, así como impulsar la investigación. En el caso de Japón, el intercambio es doblemente beneficioso por la gran dinámica de sus avances tanto en el campo educativo como en el industrial y tecnológico.
La Universidad Autónoma de Guadalajara es pionera en las relaciones académicas con Japón. Datan de 1974, cuando el primer convenio con la Universidad de Estudios Extranjeros de Kioto (UEEK) fue firmado por los entonces rectores, Dr. Luis Garibay Gutiérrez y Dr. Ishiro Morita. En estos 45 años se han producido no sólo abundantes y exitosos intercambios académicos sino también la llegada a nuestro estado de importantes empresas japonesas y el hermanamiento de ciudades (Guadalajara-Kioto). Como dato curioso recordamos que, gracias a esta relación, en 1994 nuestra ciudad recibió la donación del Jardín Japonés en el bosque de Los Colomos.
Nos alegra el hecho de que exista gran disposición por fortalecer los lazos entre las universidades de ambos países. Esto, sin lugar a duda, redundará a favor de nuestros estudiantes, que se nutren cada día con recursos de vanguardia para insertarse con solidez en un mundo profesional y laboral altamente competitivo.
México-Japón, Japón-México, unidos en el propósito de la excelencia académica.